martes, 11 de febrero de 2014

Des-vivir

Me sientro triste, desanimada e insegura nuevamente, como cada vez que voy a dar un paso importante en mi vida. Siento que no puedo manejar las cosas, que la vida es un gran espectáculo de circo y yo no sé ni siquiera hacer los malabares. Y siempre, siempre, tengo esta sensación al momento de un examen, o decisión importante en mi vida.

"No sé como vivir" sería la definición pavota. Lo cual es ridículo, puesto que es algo que vengo haciendo hace diecinueve años, pensarán. Pero no. Vivir para mí no es dejar que pase día tras día sumergida en un trance, intentando hacer malabares como puedo en una seguridad ficticia creada momentáneamente para zafar. No. Vivir no es encontrar felicidad valiéndome de cosas ficticias, cariños, imágenes que creo que los demás tendrán de mi, poses frías para evitar el dolor.

¿Por qué me cuesta tanto enfrentarme a la vida? es una pregunta que se repite en mi inconsiente desde que tengo uso de razón.

Cuando era chiquita y miraba a mi vieja cocinar tan espectacularmente o arreglar algo, por ejemplo y pensaba que era una especie de ser sobrenatural por hacerlo, que yo jamás iba a poder. Cuando empecé el jardín me costaba demasiado entender los juegos de los demás, me parecían incoherentes e inentendibles, prefería quedarme leyendo. Cuando empecé la escuela y empecé a "conectar" de una manera muy primitiva con el mundo que me rodeaba, miraba a lxs chicxs universitarixs y pénsaba que eran marcianos por la cantidad de cosas que estudiaban en un día.

 Cuando ingresé en la adolescencia, ya con un grupo formado de amigas, y empecé a ir a matinés me sorprendía la facilidad con la cual levantaban pibes, como si fuera un trámite. Yo no entraba en ese juego, no lo entendía, pero comprendían que ellas sí jugaran, porque eran lindas y yo nunca me consideré así. Como siempre, imposibilitada. Cuando algún integrante del sexo opuesto se interesó en mí, ya era demasiado tarde, me sentía tan olvidada, fea, poco interesante y excluida de ese mundillo que no lo creía. Pero aún así, caí. Porque el amor te lo venden como algo tan lindo y anhelable made in disney que cualquier esbozo de posibilidad de vivir eso me hizo perder la cabeza. Y salí lastimada. Todo era una mentira. Desde ese no creo a nadie que se me acerque de esa manera y construyo amores imposibles para escapar de la realidad. Y veo a la gente sintiendo amor real, sintiéndose linda y segura al lado de alguien y no entiendo cómo hacen. Pero lo hacen.

Y el mundo sigue girando, los pájaros cantando, mi vieja sigue cocinando (cada vez mejor), las personas siguen recibiéndose en carreras tan díficiles que ni siquiera puedo pronunciarlas correctamente, y los mini teens siguen chapando en matinés. Y hay gente que se entrega por completo a su sueño. Y yo sigo procrastinando, pensando si alguna vez podré vivir, plantándome de cara a la vida. Así que agarro los malabares y vuelvo a empezar, otra vez,

Y me pregunto si la gente que lo hace es más feliz que yo.

2 comentarios:

  1. Wooow Es hermoso como escribes ojala yo pueda escribir asi algun dia.
    La forma en la que expresas tus sentimientos a travez de la escritura es hermoso. Me encanto.

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